miércoles, 2 de septiembre de 2009

Algo mas.

La casa en oscuridad lo vio llegar cansado a la hora en que sale el sol. La luz que entro desde afuera corto la oscuridad de la casa como un cuchillo dejando ver dentro de ella solo una silla y una mesa con un florero vacio.

Se sento en la unica silla que habia frente a la mesa vacia de sentidos, para desayunar un cafe aguado, un pan tostado sin manteca ni mermelada, y sus pensamientos.
Miro a su alrededor y se dio cuenta que su casa tenia un aspecto triste con tanta oscuridad, y necesitaba luz, pero nunca habia sabido como hacerlo. Mas triste se puso cuando se dio cuenta que la luz lo unico que haria seria dejarle ver lo vacio de su vida. Esto luego se convirtio en un consuelo. una vida a oscuras a cambio de no ver la oscura realidad.

Se acosto en un colchon cuando el sol estaba en su punto mas alto, y aunque tenia la ventana abierta, el solo no penetraba por ahi. Solo lo hacia por la puerta, amenazante. No le gustaba entrar como a un intruso al que le gusta espiar las mas grandes miserias. Queria hacerse notar. El hombre supo mantenerla afuera con una gran puerta de roble de diez centimetros de grosor, con 3 cerraduras, cada una a treinta centimetros de la anterior, y cada una con dos vueltas de llave.

Afuera las botellas de leche vacia se apilaban en una montaña de altitud inverosimil. Soprendia con que solidez se mantenia en pie. Las botellas vacias dejaban ver al mundo el descuido de aquelo hombre y el poco interes del repartidor en cambiarlas. Pero al estar vacias indicaban que alguna vez hubieron tiempos buenos.
Un pajaro cantaba en un arbol con miedo, como si quisiera una respuesta desde adentro de la casa para saber si el canto molestaba o era lo que el hombre necesitaba. Algo de compañia.

Nunca se supo de que vivia el hombre ni que hacia en las noches, ya que a la hora de partir todo el pueblo dormia. Solo se lo veia llegar al amanecer, fijandose en su buzon sin esperanza de encontrar nada. Se metia en su casa y tras de el cerraba sun inmensa puerta, como queriendo dar por terminado el espectaculo para todo aquel que lo viera. Tres cerraduras sonaban, se escuchaba el correr de una silla, y nada mas.




Si bien dije que cuando leia las cosas que escribia tiempo atras pensaba que era un idiota. NUNCA me arrepiento de nada de lo que escribo.

3 comentarios:

emi dijo...

Me gusto Juampito :)

Lautaro. dijo...

comparto.
Muy bueno, posta.

y creo que lo que escribiste al final, es lo mas importante de todo.
Y lo entiendo yo de esa manera, porque me pasa lo mismo.
Odio mis escritos, pero son mios y no me gusta "arrepentirme" porque de nada sirve hacerlo.

un grande, Juampi.
Groso ahi..combidandonos con su casa para comer y con un par de pools que tienen que seguir! jajajaja
nos vemos, chabon.

Juan Pablo dijo...

que bueno saber que hay gente que le gusta lo que escribo. es bueno compartir lo poco que uno produce y que lo aprecien.